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Entrevista a la investigadora Io Naya Contreras, miembro del equipo investigador de la exposición “M


Gonzalo Maire: Estimada Io, muchas gracias por ofrecernos esta entrevista para ALADAA CHILE.

Según me has mencionado en un par de ocasiones, tú te consideras, ante todo, una investigadora independiente ¿Cómo llegaste a relacionarte con el arte asiático y, en particular, con el ukiyo-e?

Io Naya: Hola Gonzalo, muchísimas gracias a ti por este significativo espacio y el interés en mi trabajo.

Si, como hemos hablado en algunas ocasiones, me dedico a la investigación histórica y puesta en valor de bienes patrimoniales, de manera independiente. Obviamente esto implica que, dependiendo de la ocasión, debo profundizar y trabajar diferentes temas, además de relacionarme con distintas instituciones que requieren mi trabajo.

Mi relación con el arte asiático comienza el 2011, porque cuando el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) se encontraba restaurando la colección de obras japonesas en papel perteneciente al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), me llamaron para realizar una investigación que complementara el trabajo de conservación/restauración. Esta colección está compuesta por 27 obras, 5 pinturas y 22 estampas o ukiyo-e. Fue ahí entonces, cuando investigando la significación de las obras, descubrí la facultad expresiva y comunicativa de este estilo y me enamoré profundamente.

G: Para que nuestros lectores estén al tanto de estas piezas, ¿nos podrías mencionar muy brevemente qué es el ukiyo-e?

I: Ukiyo-e ha sido traducido de muchas maneras diferentes, como por ejemplo “estampas del mundo que fluye” o “pinturas del mundo flotante”, para referirse al grabado japonés que comenzó a desarrollarse durante el siglo XVII en Edo (actual Tokio). Este tipo de grabado, fue fruto (entre otras expresiones artísticas) de la floreciente cultura civil y las nuevas costumbres derivadas de la emergente clase chōnin que habitaba Edo. Así, estas estampas muestran con gran expresividad la vida cotidiana de la época, las tradiciones y costumbres citadinas, encarnando diversos motivos en variadas versiones.

G: ¿En qué consistió tu labor de investigación en la exposición de la colección asiática del Museo Nacional de Bellas Artes?

I: Como comentaba recién, mi primer acercamiento a la colección fue el año 2011 en el CNCR. La segunda fase de investigación fue en el 2017, momento en que Natalia Keller me invitó a participar del equipo que trabajó para el MNBA en la exposición “Mundo flotante del Periodo Edo”. Los distintos integrantes del equipo aportaron con enfoques provenientes de diversos ámbitos, todos igual de valiosos e indispensables. Yo me enfoqué en profundizar la interpretación de las obras, para aportar al desarrollo del guión museográfico a partir por ejemplo del contenido de las cedulas y la combinación de las obras con algunos objetos que las complementaran. Creo que ambas etapas de investigación se complementaron, pues, la segunda etapa no puede concebirse sin el fundamento de la primera, en conjunto dieron lugar a los resultados que pudieron contribuir esta exposición.

G: Entonces, tu investigación fue tanto una contextualización e interpretación de las obras…

I: Sí, en la primera etapa realicé la contextualización e investigación histórica correspondiente, además de la interpretación. Durante la segunda etapa de trabajo que comienza el 2017, mi labor fue profundizar en la interpretación de las obras. De este modo, a partir de distintas metodologías de trabajo, cada obra fue abordada específicamente a partir de la significancia de los elementos representados en ella, abriendo la posibilidad de acercarnos al Periodo Edo y comprenderlo en parte, a través de lo expresado en cada una. A partir de lo anterior, mi tarea fue aportar al desarrollo del guión museográfico, a través del desarrollo de las cédulas de los 25 ukiyo-e y 3 de las pinturas, la combinación y complementación entre objetos y obras, y la conformación de un todo coherente.

G: Me gustaría que me hablaras un poco más sobre el desarrollo y el tenor de la primera fase de la investigación.

I: Durante la primera etapa de investigación, desarrollada para complementar el trabajo de conservación/restauración del CNCR, mi labor consistió en realizar una investigación histórica, técnica e iconográfica de la colección. También experticé las obras para identificar autores, editores, fechas de creación y/o publicación, etc. Además, tuve la oportunidad de trabajar con la japonesa Miwako Ishii(1), quien me apoyó con la traducción de los textos presentes en las obras, con la finalidad de situarlas y comprenderlas de mejor manera. Finalmente, la información que obtuve a partir de la investigación fue corroborada con especialistas del British Museum y el Tikotin Museum of Japanese Art. Fue de suma importancia el trabajo en conjunto con las conservadoras/restauradoras del CNCR, pues a partir del diálogo la investigación se enriqueció constantemente, sirviendo de apoyo también para la toma de decisiones durante el trabajo de conservación/restauración.

G: Tal parece que fue una investigación de largo aliento, con muchas personas e instituciones participantes y comprometidas…

I: Sí, y de este modo, toda esta primera etapa de trabajo fue muy útil para comprender el significado de las obras, identificarlas y datarlas correctamente. Gracias a lo anterior, pudieron ser tituladas de manera coherente con sus contenidos. De hecho, los títulos que actualmente utiliza el MNBA son los dados por esta primera etapa de investigación. Esta información, también, es la que se encuentra en Surdoc.

G: Solamente por curiosidad: ¿qué títulos tenían antes de tu trabajo?

I: En general, los títulos en vez de estar referidos a las temáticas contenidas en los grabados, eran descripciones de los personajes, por ejemplo “mujer con balde” o “mujer con taza”. El problema es que, al ser mirados de manera descontextualizada, había casos en que por ejemplo el título mencionaba dos mujeres, pero en realidad la obra representaba un hombre y una mujer, como son los casos de “Príncipe Genji y princesa Asagao” y “Suicidio de Chubei y Umegawa”.

G: Puesto que ya la exposición ha terminado, pero, haciendo una invitación abierta a leer su catálogo -que pronto estará disponible online gratuitamente-, ¿con qué se encontrará el lector interesado en el ukiyo-e?

I: Creo que lo más atractivo de esta exposición y también de la colección, es que permite entender el ukiyo-e como una “ventana al pasado”, que nos concede la gracia de vislumbrar en la actualidad, la vida durante el periodo Edo, a través de la identificación de los elementos representados, sus modos de uso y significados.

Pero también, es muy enriquecedor para el lector, la variedad de enfoques desde los que se abordó la colección por parte de los distintos investigadores, que aportaron desde sus especialidades con distintos puntos de vista, todos igual de valiosos e indispensables.

G: ¿Cuál es tu experiencia final al participar en la curatoría e investigación de esta exposición?

I: Creo que lo más importante de la experiencia global, es que por lo menos desde mi aporte al proyecto, trabajé siempre la colección y su puesta en valor, a partir de considerarla parte de un proceso comunicacional. De este modo, siempre intenté tomar en cuenta y considerar durante el proceso de trabajo, las diversas valoraciones que existen sobre la colección: aquellas provenientes de los distintos ámbitos de la investigación, las provenientes de la comunidad japonesa y aquellas provenientes del público visitante. Creo que esta es la manera más adecuada de poner en valor el patrimonio cultural, pues hace posible que los objetos sigan significando y por ende comunicando, manteniendo el dinamismo que necesita el patrimonio para continuar vivo y vigente.

G: Hasta lo que nos puedas comentar, ¿qué proyectos tienes en carpeta? ¿Seguirás coqueteando -lo digo metafóricamente, ya sabes- con el arte asiático?

I: Tengo varios proyectos en carpeta que consideran investigación y puesta en valor, para poder poner al alcance del público distintos temas que hoy están medio olvidados, aunque prefiero guardarlos en secreto hasta que se hayan materializado.

Creo que ya me enamoré del arte asiático, por lo tanto, siempre que tenga la oportunidad de investigarlo y que el tema se preste para abordarlo principalmente a través de la iconografía, estaré lista y dispuesta para ello. Aunque debo aclarar acá, que considero indispensable, siempre llevar a cabo este trabajo en conjunto con otros especialistas en el tema, para enriquecer y complementar el trabajo desde los distintos puntos de vista.

G: Muchas gracias por tu tiempo, Io Naya, y todo el éxito en tus próximos proyectos.

I: Muchísimas gracias a ti Gonzalo y mucho éxito también.

Io Naya Contreras.

_________________________

(1) Traductora y profesora de idioma japonés en CEIJA. Licenciada en letras con mención en Lengua y literatura japonesa, Universidad de Soka (Tokyo, Japón) y Máster en letras con mención en Estudios culturales, Universidad de Gifujoshi (Japón).

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